Una compañera eventual del viaje en tren llegando a Bucarest me dijo: los rumanos somos aquellas personas que cuando nos invitan no vamos y si no nos invitan nos enojamos.
Ese temperamento caliente graficado, tan distante a la geografías bálticas que nosotros habitamos, fue la antesala del calor que encontré en las calles de la capital de Rumania.
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La cultura rumana es rica y variada. Como los propios rumanos, es fundamentalmente definida como el punto de encuentro de tres regiones: Europa Central, Europa del Este, y la Península Balcánica, sin poder ser incluida totalmente en ninguna de estas tres.
La identidad rumana se formó sobre un sustrato de elementos romanos y dacios, al cual se unieron otras influencias. Durante el fin de la Antigüedad y la Edad Media, las influencias mayores vinieron de: pueblos eslavos que migraron y se asentaron en los actuales países vecinos con Rumania: Bulgaria, Serbia, Ucrania, e incluso en Polonia y Rusia;
A ellos se sumaron griegos medievales y el Imperio bizantino y los húngaros y sajones de Transilvania.
La cultura rumana moderna evolucionó más o menos durante los últimos 250 años, con una fuerte influencia de la cultura occidental, particularmente francesa y alemana, y más reciente es la influencia británica y norteamericana.
Con dos millones y medio de habitantes, la capital rumana es el centro industrial y comercial más importante del país. Presentando una fusión entre lo antiguo y lo moderno, y habiendo atravesado importantes procesos de reconfiguración, hoy es una metrópoli algo caótica.
Si hay algo de lo que Bucarest puede presumir, es de ser realmente segura. Los delitos violentos son muy poco comunes, puedes caminar seguro por la calle y, a diferencia de otras grandes ciudades del mundo, casi no hay carteristas atentos a que te distraigas para quitarte tus pertenencias sin que te des cuenta.
Pero esto tiene una excepción por la que es recomendable evitar algunos suburbios del sur, enmarcados en el sector 5.
Un factor a tener en cuenta para saber cuándo es mejor viajar a Bucarest, es el clima y temperaturas de la región. Conociendo las condiciones climáticas de a dónde nos dirigimos podemos elegir cuando es más cómodo viajar para nuestros gustos y necesidades.
La mejor época para visitar Bucarest es tanto el fin de la primavera, como el comiendo del otoño.
En invierno las temperaturas pueden oscilar entre los 0° a los 20° bajo cero, y en verano la temperatura puede alcanzar y hasta superar los 35°C. Incluso en presencia de olas de calor puede llegar a unos 40°C o más.
Es por ello que en estas calles por estos días de comienzo de la temporada estival, los transeúntes se despojan de abrigos y muestran de cara al sol gracias parte de su piel al descubierto.
Si deseas conocer Bucarest debes saber que como toda capital tiene amplios servicios para el turista, buen transporte público y mucha movida diurna y nocturna. Aún que está no se puede definir justamente, como una ciudad turística.
El rumano como idioma de origen latín es bastante comprensible para los hablantes de español, portugués o italiano, mientras que estos idiomas resultan familiares para los habitantes locales. Hablando lentamente y con palabras simples hemos podido entendernos don usar una tercera lengua.
Espero que les haya gustado este breve paseo por las calles de Bucarest, que se suscriban al canal y nos vemos en el próximo.

🌎 Subtítulos en portugués, italiano, alemán, francés, ruso e inglés.

🔎 Soy Gustavo Llusá, argentino, después de viajar durante varios años por más de 50 países me establecí en Letonia donde me casé y aprendí a conocer otra forma de vida, del otro lado del mapa.

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